Y es que una sesión tradicional de Reiki dura aproximadamente una hora y cuarto, idealmente se realiza en un ambiente aclimatado, con luz tenue y música agradable.
Luego de una breve entrevista, en donde el receptor indica el o los temas que quiere tratar en la consulta, se recuesta en una camilla, totalmente vestido, sin zapatos, ni cintos o cosas ajustadas.
Se lo invitará entonces a cerrar los ojos y a relajarse.
En el transcurso de la sesión, el reikista colocará sus manos sobre el receptor y las mantendrá apoyadas por algunos minutos en diferentes partes del cuerpo. Seguramente la cabeza, el corazón y los pies estarán incluidos, pero inevitablemente descansará sus manos sobre la zona en donde esté la molestia que haz referido o donde el terapeuta sienta que tienes más tensiones acumuladas.
Los reikistas que hacemos Jikiden Reiki apoyamos las manos en las zonas a tratar, pero en los casos en que la dolencia se encuentre en las partes intimas del receptor se ubicaran lo más cercanas a la molestía, pero resguardando la intimidad y privacidad del paciente.
El tiempo de la sesión y la cantidad puede variar según el requerimiento de la dolencia a tratar. Los reikista desarrollamos un método para evaluar el estado del paciente, al que llamamos byosen. El mismo nos puede dar detalles del grado de dolencia y de alguna forma nos informa como la molestia, si va mermando o donde se hace más intensa y sobre ello trabajamos. En base a esta medición es que determinamos el tiempo y la ubicación en donde deben estar apoyadas las manos.
Se han estipulado cuatro sesiones como las indicadas en un tratamiento corriente. Refiriéndose así al mínimo necesario para poder claramente verificar los beneficios concretos que el Reiki a producido en la persona. Esta evalución la hacen el receptor y el reikista juntos. Pero hay casos en donde una sola sesión puede calmar la molestia contraída o reducirla considerablemente.
Los reikistas utilizamos simbolos que nos ayudan en el proceso de transmición de energía.
Es importante aclarar que el receptor no siente ningún tipo de dolor durante la sesión. Puede entrar en un estado profundo de meditación, de calma vigilia o dormirse.
En el caso de los practicantes de Jikiden Reiki, cerramos la sesión con un maravilloso masaje llamado Keko, técnica para la liberación de toxinas.
Luego de transcurrida la hora generalmente el receptor da una devolución de su experiencia, pero en algunos casos sobran las palabras o no se encuentran, ya que el estado de relajación es muy profundo. Pensamos que es parte del proceso de sanación respetar ese espacio de introspección, en donde se acomodan y revén cosas importantes internas.
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En el caso de hacerse reiki a niños, o casos especiales puede estar la persona con un acompañante, que no obtendrá los beneficios del reiki pero probablemente pase un agradable momento en la calma
El reikista no ofrece garantía alguna de sanación ya que no existe ninguna terapia alternativa que así lo haga. La eficiencia del mismo está avalada por el bienestar o mejoría de miles de pacientes que se encantan con la técnica y vuelven a recibir sesión semanalmente para sentirse mejor y transmiten su satisfacción recomendando reiki de boca en boca.
El reiki es un excelente complemento a cualquier terapia médica o psicológica, pero no sustituye el tratamiento de un médico o personal matriculado.
